La nueva era del pop

Canciones como su popular so so llegaban antes de la pandemia, pero su llegada al mainstream llegó después. Con un humor de persona crónicamente online, vestido con brillos y una peluca a juego de sus coristas —por lo que sus seguidores bromeaban ante un simpático toque “a lo Rafaella Carrá”—, sabe jugar bien sus cartas. Música tranquila y un pop relajado con toques electrónicos, subidos a una capa nostálgica. Se puede palpar en el sample de Kusha a las payas de Las Ketchup —a las cuales invitó a cantar junto a él en el pasado Movistar Arena—, combinado en su Johnny Glamour. 

Sabe dar color a su música, jugando con una estética divertida y melódica como se comprueba en hits como Malibu. Y no es de extrañar que su propuesta contemporánea haya alcanzado esta proyección internacional: artistas globales han compartido su música por sus respectivas redes, como el propio Namjoon del grupo kpop BTS. Ha tenido su hueco en una edición de Tiny Desk, al igual que lo hizo su primera gran colaboración antes de su estrellato: C Tangana, para quien produjo Bien.